«Soy aprendiz, maestra y, a la fecha, ingeniera agrónoma senior en el gremio» Susana Albarracín

En 2024 la Asociación Gremial de Importadores y Productores de Fitosanitarios, Fertilizantes y Bioestimulantes para la Agricultura, cumplió 30 años de existencia. Su dirección la lleva Susana Albarracín, una mujer resiliente que encontró su lugar en el mundo gremial agrónomo.

Susana Albarracín es Ingeniera Agrónoma de la Universidad de Chile. Eligió esta carrera por su amor a la naturaleza. Cuando comenzó sus estudios en el año 88, la oferta académica relacionada a su interés era acotada. Entre Ingeniería Forestal o Agronomía, optó por esta última con mención en Agroindustria. Esta especialidad, que abarca múltiples procesos productivos cuyo origen  viene de la naturaleza y del campo, se vinculaba con el boom de la fruticultura en el país.  Fue parte de una generación pionera en tener esa mención, que en ese entonces solo era impartida por la Universidad de Chile.

Comenzó su carrera de forma proactiva buscándose un lugar en el mundo agroindustrial empresarial, y  se le abrieron  las puertas en el sector de procesos agroindustriales en exportación e importación de alimentos. Le dieron a elegir qué hacer y ella respondió:  “Quiero hacer y aprender de todo, quiero estar en todos lados, para así definir donde finalmente trabajar y aportar .”

Con esta activa disposición, Susana entró a un mercado laboral con escasa presencia de mujeres, pero esto no la detuvo. La oportunidad le permitió experimentar e ir probando distintas áreas. Durante ese tiempo, trabajó directamente en plantas de procesos, autorizó partidas de exportación en terreno, negoció con compradores extranjeros pudiendo poner en práctica sus conocimientos de inglés y alemán. A la vez, adquirió experiencia en el mercado nacional trabajando con industrias locales.  Susana estuvo diez años en este sector agroindustrial que le dio sus primeras oportunidades laborales. Todo este camino recorrido fue clave para dar su siguiente paso profesional. “Todo ha sido un sabio escalón, que ha permitido continuar al siguiente peldaño, de una fructífera escalera en la ruta profesional”, dice.

Luego se le presentó la oportunidad de vivir en el extranjero. Gracias a su doble nacionalidad chilena-alemana, pudo seguir ejerciendo su carrera en el sector de importaciones y exportaciones, esta vez, en España.

Su experiencia le permitió comparar las plantas de proceso y formas de trabajo de España y Chile. “Vi primer y quinto mundoVi cosas mucho más atrasadas en España de lo que estábamos haciendo en Chile. Yo venía de plantas de procesos del mundo frutícola, de pasas, viendo temas en Argentina y cuando voy a las plantas de procesos en España y veo que muchas cosas allá no se hacían que nosotros sí, entonces nosotros como país estábamos mucho más adelantados en muchas materias de comercio internacional

Susana regresa a Chile años después, y es recibida en la misma empresa que deja al partir, pero vuelve con una mirada crecida, lejana, distinta, transformada por su experiencia laboral en España y Alemania. Ese paso por el extranjero le dio nuevas perspectivas para aportar a sus cargos. También le correspondió asumir un nuevo desafío en temas de innovación en Codesser, la Corporación de Desarrollo Social del Sector Rural creada por  la SNA-Sociedad Nacional de Agricultura, donde ejerció como  Ejecutiva Nacional de Innovación. “Ese fue un gran lugar de dedicación y aprendizaje”, afirma.

¿Podías satisfacer tu amor por la naturaleza con los trabajos que estabas haciendo?

Sí. Porque la naturaleza también es  vinculación entre las diferentes partes de un todo, crear espacios de encuentro, permitir conversaciones fructíferas entre mundos diversos. Me tocaba construir puentes, entre Alemania y España, entre Inglaterra y España. Veía comercio exterior, pero también veía plantas de procesos. Y nuevamente, viajaba constantemente a Chile.

Finalmente, retorno a Chile por amor a su naturaleza. Sentía que la tierra en Europa está cansada, agotada y mucho menos viva que la nuestra. Yo extrañaba la naturaleza aún indómita, la fuerza y energía de una geología más joven y también el aroma  de la tierra húmeda característica de nuestro país, dice.

Desde el año 2008 hasta el  día de hoy estamos en el gremio en temas de reciclaje. Cuando volví a Chile, entré en temas de innovación, y en forma breve, a ver temas del SAG que me permitió estar en trabajos que eran de viveros, que eran de plantas de procesos, y nuevamente enlazando plantas de proceso con vinculación, entonces otra vez, estaba ahí permitiendo la conversación distendida entre el jefe del USDA (Departamento de Agronomía de EEUU por sus siglas en inglés), el SAG, y los  trabajadores de ASOEX. Ese  trabajo, estaba en Calera de Tango, y a la hora de almuerzo podíamos avistar Tencas difícilmente observables en esa zona, y otros pájaros, entonces, la naturaleza me ha acompañado siempre.

 ¿Tenía relación el área de innovación con la otra área de economía circular y reciclaje, y con tu amor por la naturaleza?

Sí, porque en ese cargo nos tocó visualizar un sin número de iniciativas. Recuerdo que vimos lámparas LED que en su minuto era lo más exótico y tecnológico. Fue puntero. También temas de biodinámica. Yo el año 2007 ya recibía proyectos en esa línea, en un ámbito  que es bastante más conservador. Entonces siempre he ido un poco más allá.

Sobre su transición a la Asociación Gremial de Importadores y Productores de Fitosanitarios, Fertilizantes y Bioestimulantes para la Agricultura, Susana cuenta:

 «El trabajo en plantas de procesos es duro, pero a la vez es un gran espacio de aprendizaje y crecimiento profesional, sabía que quería hacerlo, pero sólo por un rato, pues es muy demandante en tiempos. Hasta que aparece un aviso de una oferta laboral desde IMPPA A.G y quise explorar esa alternativa. «Buscaban una mujer, eso también fue innovador.”

Esto fue el año 2008. Es decir, hace 17 años el Gremio buscaba una mujer, “por los motivos por el cual una organización requiere de contratar una mujer: mayor atención al detalle, mayor orden, que nos amalgame, ya que, el sector está conformado mayormente por  hombres. Necesitaban tener una contraparte que liderara la asociación, los mancomunara, encauzara y organizara en materias ejecutivas y creían que esas capacidades las tendría una mujer. Fueron así de visionarios. Y me invitaron a coordinar el trabajo en el año ´94, dado que el Gremio tenía una presidenta y fundadora,  Carla Brigando, quién abrió esta instancia con una fuerza maravillosa empujando y uniendo a muchos colegas hombres en esta aventura gremial.» 

 ¿Qué dirías tú sería el factor existente en IMPPA A.G. el que haya hecho que hayan sido así de visionarios?

Creo fue más un tema muy sabio del género masculino presente en la Asociación, de reconocer que el propósito de un Gremio es buscar el camino del medio, aprender a discrepar  y lograr un bien mayor por el cual trabajar. Y ese espacio de conciliación es probable lo pueda hacer mejor una mujer, y creo que fue eso lo que visualizaron. Deben haber pensado: “Estamos llenos de hombres acá. ¿Por qué no una mujer que nos aporte energía y el conocimiento femenino de hacer las cosas?”

Una mujer en la que confiar, a la cual pudieran entregar información sensible, y que ésta quedase cerrada en ese espacio y que con eso se pudiese levantar información para la toma de decisiones y lograr puntos de encuentro que se defendieran en forma conjunta. Diría  que lo anterior es más femenino. Pero también requiere ser decidida y muchas veces ruda.

Creo fueron visionarios. Por un lado: porque tenían una presidenta fundadora desde 1994 y ya habían pasado casi catorce años de conformación del Gremio, y por otro lado, un sabio reconocimiento que el género complementario podía aportar en unirlos en esta visión de un bien común.

 ¿Cuándo te conviertes en Gerente General y cómo ha sido ese camino?

Se va creciendo en el cargo. Ya llevo 17 años, el tiempo vuela, se fue dando en forma natural,  de repente me transformo en Gerente, y  me ofrecen la dirección ejecutiva, la asociación va abriendo diversos  cargos porque se van dando cuenta lo que ya conoces y confían. Entonces, ese es el gran arte: ganarse la confianza, y  que te entreguen la confianza y cuidar eso con esmero en búsqueda de un bien mayor. Uno es un simple canal. Lo hermoso fue que con anterioridad nadie en particular llevaba estas materias y hubo que partir desde crear la agenda de contactos, hasta muchos y múltiples desafíos venideros.

Para mí ha sido aprendizaje, ha sido entrega, también ha sido exigente, me ha requerido crecer, y finalmente creo que son los desafíos que uno enfrenta, aborda y hace propios, los cuales permiten reconocernos, tomar la enseñanza y salir engrandecidos de cada circunstancia. Yo, aquí, he sido aprendiz, profesora, alumna y ya a la fecha ingeniera agrónoma senior en el Gremio. Creo fundamental la humildad como motor tanto para aprender, como para entregar estos conocimientos.

Esto me nutre para trabajar bien los alcances de cada una de las acciones, y encauzarlas. Y la IMPPA es agricultura, es permitir este espacio de producción de alimentos nacionales y para exportación, que sean  acorde a los diferentes mercados de destino que van siendo exigentes que van cambiando y mutando, por lo que es un trabajo bien dinámico donde estás en la punta de lanza de las distintas materias.

 ¿Cuál es la responsabilidad del ciudadano como consumidor?

Diría que es primordial, fundamental ser un ciudadano informado, pero responsablemente informado, y cuidado de las fuentes de las cuales te nutres de esta.

¡Educación! Nos falta educar, nos falta entregar y compartir nuestro conocimiento a los demás, todos tenemos un conocimiento que aportar.

Liderado por la actual Directiva por parte de Gabriel Ormeño, como asociación estamos integrando una iniciativa  conjunta de 10 gremios del sector agrícola, el IPA-Instituto de Pensamiento del Agro chileno, donde entre sus múltiples objetivos incorpora una iniciativa  educativa. Estamos tomando ese camino recientemente, porque todos queremos comer ensalada o frutas, pero poco conocemos sobre la cadena de suministro alimenticio desde el campo a la mesa, y del esfuerzo de muchos y muchas en hacerlo realidad. Hay una lejanía de lo que comemos todos los días con la secuencia del cultivo, exigimos en invierno, alimentos que se producen naturalmente en el verano, completamente desconectados de los ciclos de la naturaleza que nos rodea. Los alimentos son productos de una cadena muy larga, de trabajadores y trabajadoras que madrugan, que se desempeñan en lo más virtuoso que es sembrar, cuidar, nutrir y finalmente cosechar y recoger los frutos que nos da la naturaleza, pero  de alguna manera sentimos que al día de hoy todo ese proceso se está dando vuelta, como si el sector productivo de alimentos fuéramos los causantes de múltiples complejidades en el ecosistema, desentendiendo que todos y todas se alimentan día a día, directa o indirectamente de los productos que nacen desde nuestros campos y agricultura. Y que  naturalmente hay materias a mejorar, pero son solo una parte, de todo el aporte que hace el agro a Chile y al mundo.

Yo invito a cuestionar y hacer un ejercicio de informarse y hacer comparaciones. De tener pensamiento crítico, ¿Por qué necesitas comer ciertas frutas/verduras a contra estación? ¿Sabes todo lo que estas pidiéndole al ecosistema para esa producción? ¿Conoces tu propia huella de carbono alimenticia? Te invito a reducirla desde tus propias decisiones y hábitos cotidianos. La invitación que hago al consumidor, es que antes de criticar sobre un tema de contingencia : “estúdialo profundamente, pondéralo, cuestiona la información que te llega y compárala sin prisa”. Es importante informarse pausadamente y leer. Hoy en día hay mucha información, pero también mucha desinformación, y es fundamental saber diferenciarlas, lo cual se construye con conocimiento y educación.